12 de noviembre de 2012




Y por motivos personales, volveré al blog más adelante.

Sí, la cultura también empezó con Clemente, en el minuto treinta y tres:











La literatura: una forma de arte



Se explica en un viejo libro de Castellano 1º  por Nicolás Bratosevich que el habla es cada acto particular en que empleamos la lengua.  Pide no confundir habla con hablar, puesto que el habla puede usar cualquier medio de manifestación: escrito, oral, sistema Morse, etc.
Sigue: el habla es la que crea elementos nuevos en el idioma y, además, la obra literaria.
La literatura no es imprescindible que circule por escrito: los refranes, los versos populares son literatura, y muchos no han llegado al papel.
Así es cómo define:
La obra literaria es una creación expresiva de habla al servicio de la belleza; reconocemos el fenómeno literario frente a los otros hechos expresivos, por esa especial intención de belleza: la literatura es una forma de arte.

Por su parte, en otro libro no tan viejo, la licenciada María Teresa Forero explica:
Existen diferentes tipos de textos, en el caso de las novelas y los cuentos son:

Descriptivos, porque la intención comunicativa refiere a cómo es algo, evoca, representa, sitúa objetos y seres.

Narrativos, porque relatan hechos, acontecimientos, acciones.

Retóricos, porque la intención es impactar al lector por medio de la forma, sería el cómo se dice.

Asimismo enseña que hay distintas formas de contar, las llama estructuras narrativas:

Tradicional que conlleva las etapas de exposición, nudo y desenlace.

In media res que significa “en el medio del asunto”, en la cual el narrador omite la introducción y comienza su relato en el preciso momento en que se rompe el equilibrio.

Final abierto, aquí el narrador permite que sea el lector quien complete la historia.

Estructura cíclica, acá se parte de un hecho y, tras varias vicisitudes, el personaje vuelve a la situación inicial.

Estructura en sarta, sólo en novelas, consiste en que en cada capítulo al protagonista le pasan distintas cosas en diferentes momentos y con dispares personas y ambientes. Es el protagonista quien le da unidad al relato.

Te invito a leer:

“Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un monstruoso insecto.”
Franz Kafka




“Es cierto, soy muy nervioso. Lo he sido siempre. ¿Pero por qué me dicen que estoy loco? La enfermedad agudizó mis sentidos, pero no los destruyó ni los embotó. De todos ellos, el más agudo era el del oído. Yo he escuchado todas las cosas del cielo y de la tierra y muchas del infierno. ¿Cómo entonces, voy a estar loco?”
Edgar Allan Poe




“Cuando el Número Uno decidió que había que liquidar a Romero y que el Número Tres se encargaría del trabajo, Beltrán recibió la información pocos minutos más tarde. En ese entonces Romero era un tal Romero, y él un tal Beltrán; buenos amigos antes de que la vida los metiera por caminos tan distintos.”
Julio Cortázar




“-¡Diles que no me maten, Justino!
Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles. Diles que lo hagan por caridad.
-No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír hablar nada de ti.
-Haz que te oiga. Date tus mañas y dile que para sustos ya ha estado bueno. Dile que lo haga por caridad de Dios.
-No se trata de sustos. Parece que te van a matar de a de veras. Y yo ya no quiero volver allá.”
Juan Rulfo




“Tenía tres caminos bien definidos para seguir: el del sol que no podía ver, o el del sol que no podía sentir. Escogí el de la luna.”
Alejandro Kuhn



Si tu comentario es tu frase célebre, brindaré por haberte leído.

Nos vemos.

5 de noviembre de 2012




Prosodia



En la entrada Diez estilos diferentes de canciones, tocaba el tema de uno de los tantos elementos para la composición musical. Dicho de paso, hay algunos compositores que primero escriben la letra y después la música, y otros, como yo, que componen primero la música y después la letra. Lo cierto es que no hay una fórmula para esto. Lo que sí sucede es que la música, muchas veces y ante todo, es un proceso mental para quienes desean poner su energía en un nuevo suceso musical. En un orden diría lo siguiente:

1º existe el deseo real de crear algo nuevo.
2º se guarda en el inconciente una especie de sonido, imaginemos un solo sonido en forma de círculo que titila constantemente y permanece al principio en el mismo lugar.
3º se juega con ese sonido para ver hacia dónde y cómo se proyecta.
4º paciencia hasta que surja algo.

En mi caso, este proceso lo vengo haciendo desde los 11 años con buen resultado, y solamente una vez, después de un tiempo de estar llevándolo acabo, en ocasiones a un mundial de fútbol (no el último), quería componer una canción para ese campeonato. Sabía concientemente y bien despierto que la canción debía llevar la letra O que reemplazaría o armonizaría con la palabra Gol. Sin embargo, nada sucedía hasta que, mientras dormía, en el último sueño, salió como agua y, por ser el más reciente, me desperté tarareando la melodía con la letra O inmersa en el estribillo. Jamás la olvidé y fue algo que me alegró bastante.

Volviendo al tema del blog, la prosodia es otra herramienta para la composición. Es la relación que existe entre el texto de una canción y la música que apoya a este texto.

Escuchemos un ejemplo de prosodia:






Sobresale también la línea del título en el coro: "Aire, soñé por un momento que era aire, oxígeno, nitrógeno y argón", y la melodía es como si volara, ¿verdad?



De la misma manera, escuchamos los dos elementos: la repetición unificadora y la prosodia en esta canción que, a su vez, confirma que el tema del mundial puede llevar con tranquilidad la letra O:







Nos vemos